Por qué elegir una empresa experta en IT y OT

Cuando se habla de industria hoy en día, es habitual que surjan dos términos que se mencionan mediante sus siglas en inglés y que forman parte del paisaje del día a día en la producción industrial. Se trata de IT y OT, que hacen referencia a las Tecnologías de la Información y las Tecnologías de la Operación. Lo cierto es que son dos campos distintos, pero que se pueden solapar o combinar entre ellos. Tanto es así, que cada vez son más las voces que abogan por una convergencia entre ambos. Pero, lo primero que vamos a hacer es distinguir en qué consiste un ámbito y otro. Las Tecnologías de la Información se distinguen por la aplicación de equipos de informáticos para el tratamiento de datos. Sin embargo, las Tecnologías de las Operaciones están dedicadas al conjunto de tecnologías que se utilizan en los procesos industriales y también en la gestión de infraestructuras, destinadas a realizar la operación de las mismas. Los sistemas IT tradicionales son sobre todo aplicaciones que funcionan sobre bases de datos relacionales, basados en servidores de aplicaciones y entornos web. Los sistemas OT, sin embargo, mayoritariamente son aplicaciones SCADA y MES basadas en plataformas propietarias o creadas ad hoc para una compañía industrial determinada.

Evolución en el tiempo

Al principio, IT y OT no tenían demasiado en común. Los sistemas de control industrial funcionaban sobre un hardware específico, con sistemas operativos en tiempo real y no tenían casi ninguna similitud con las tecnologías de IT que solían basar su funcionamiento en sistemas operativos de Microsoft y hardware de la compañía Intel. Años después, los sistemas de IT y OT fueron poco a poco compartiendo plataformas hardware y software estándar y los sistemas operativos propietarios fueron quedando cada vez más aparcados. Hoy en día, en el universo IT los grandes proveedores de bases de datos y ERP, CRM, CMS tienen mucho peso específico. Aunque también cuentan con cada vez mayor predicamento las aplicaciones web y móviles de código abierto. Sin embargo, en cuanto al OT se refiere, este sigue muy ligado a Windows y son unas pocas las empresas multinacionales las que dominan el mercado, con productos poco compatibles entre sí. Dos ingenieros en una planta industrial En todo caso, la tecnología –o las diferentes tecnologías, si se prefiere– pueden ser las más adecuadas pero no servir de mucho si no existe un grupo de profesionales que sean capaces de hacer que funcionen como necesita la empresa. En IT han existido normalmente procesos de desarrollo y gestión de aplicaciones que solían estar pensados en función del ciclo de vida del software o del hardware. Sin embargo, en OT, los sistemas suelen llevados a cabo por la ingeniería de la compañía sin demasiada coordinación con IT. Una situación que produce ineficiencias en cuanto a tiempos, costes y soporte, entre otros aspectos. Por otra parte, mientras que IT lleva años enfrentándose a la rápida evolución tecnológica, con el aprendizaje y puesta al día que supone para el departamento informático, en el caso de OT no sucede de manera tan clara. Estando muchas veces el mundo OT de la industria gestionado por perfiles más vinculados al mantenimiento y que no poseen una formación tan tecnológica o informática.

Convergencia y experiencia

De ahí que se hable cada vez más de la convergencia entre los equipos de IT y de OT, haciéndose hincapié en muchos casos en el acceso a los datos en tiempo real de las operaciones de fabricación o posibilidad de monetizar y de crear nuevas oportunidades de negocio a través de una mayor comprensión de los datos de producción. La citada convergencia también afectaría positivamente a la eficiencia, a través de la reducción de duplicaciones de procesos, por ejemplo. Por eso es tan importante que cuando una compañía industrial se ponga en manos de una consultoría especializada, esta cuente con el expertise suficiente en los mundos IT y OT cada vez más interconectados. Y en todo caso, tan necesitados de ser comprendidos como un global y que así la experiencia en la implantación y en la gestión sea lo más adecuada posible. Además del ahorro de costes que supone que sea una sola compañía la que sea capaz de diseñar y coordinar ambos mundos dentro de la empresa.  
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